El colectivo artístico femenino sumerge sus sentidos en la cotidianidad, explorando las complejidades de las relaciones con el tiempo, la ausencia y la finitud. A través de la fotografía y la pintura, abordan la riqueza de lo mundano, reflexionando sobre los excesos, el consumo, lo doméstico, las quejas y la relación con el tiempo. Sus obras capturan la fugacidad de la vida diaria, transformando lo trivial en expresiones artísticas que desafían las percepciones convencionales. Este colectivo se erige como un faro de introspección, desentrañando la complejidad del mundo contemporáneo mediante la lente aguda y el pincel sensible de estas artistas comprometidas. Destacan la belleza inadvertida y resaltan la trascendencia de lo efímero. La ausencia, representada tanto en los espacios vacíos como en las sombras que dejan las memorias, se convierte en un elemento que invita a la reflexión sobre lo que fue y lo que está por venir. Los excesos y el consumo son abordados con agudeza, mostrando la dualidad entre la abundancia y el vacío, la opulencia y la decadencia. El ámbito doméstico se convierte en un escenario de introspección, donde lo familiar se vuelve extraño y lo ordinario adquiere una nueva perspectiva. Herencias, amor y desamor se entrelazan, capturando la esencia atemporal de las relaciones humanas. La fusión de obras pictóricas y fotográficas no solo es estética, sino también conceptual, creando una síntesis narrativa que sumerge al espectador en las complejidades de la condición humana actual. En la intersección de la fotografía y la pintura, el colectivo trasciende las fronteras convencionales del arte, ofreciendo una mirada fresca y profunda a la complejidad de la existencia. Sus obras son testigos y narradores de la vida cotidiana, fusionando las disciplinas artísticas para revelar verdades universales.